Por Mili Conzi
21 de Septiembre de 2012
Poder llegar a Bergdorf Goodman a probarse vestidos de novia es realmente un privilegio. Un edificio con mucha historia, donde pasaron los mejores diseñadores del mundo y las grandes marcas. Arquitectónicamente imponente y lujoso, cuando llegas a la vereda te sentís tan chiquito que te quedas sin aire. La entrevista en el Bridal Salon era a las 11 am. Puntuales y cruzando los dedos, entramos!
Nos esperaba June Khan, la bridal consultant de Bergdorf Goodman. Súper simpática y amorosa, escuchó todo el tiempo lo que yo estaba buscando. De todos los diseñadores que tenían, fui directo a una de mis preferidas: Monique Lhuillier. Acá les muestro imágenes de uno de los vestidos que me probé. El vestido de novia era de encaje con espalda baja.
Tenía una espalda divina, bien baja. Pero tengo que admitir que no me quedaba muy bien, sobre todo la parte de adelante del vestido.
Una de las dificultades de los vestidos de novia ready to wear, es justamente ésta. Que todos los componentes de un vestido tienen que entrar en armonía con tu cuerpo. Todos! Los vestidos de novia hechos a medida, en cambio, se crean “progresivamente” como dicen las diseñadoras. De a poco, sacas, pones, agrandas, achicas, las partes del vestido.
Es lo que me había pasado con los vestidos de novia de J. CREW, cuando había uno que me gustaba de atrás, no me cerraba de adelante. Todo un tema! Pero en definitiva, los vestidos terminados y listos para usar también tienen sus beneficios (ahorrarte miles de pruebas de vestido) y los vestidos “hechos a medida” tiene sus propias complicaciones (el vestido completamente terminado lo ves una semana antes de tu casamiento, hay que animarse a esperar tanto!) Cada uno tiene sus pro y contras y depende de cada novia qué opción es la mejor.
Volvemos a Bergdorf Goodman. No podía creer que estaba con un vestido de novia de esta diseñadora que venía siguiendo desde hace bastante. Tengo que admitirlo: me fascina M. Lhuillier. Y todos los vestidos de esta diseñadora que me mostraron en el bridal salon de Bergdorf Goodman me encantaron, pero ninguno me terminó de convenecer!
Hasta ese momento, no encontré nada ni en J. CREW, ni en Vera Wang, y tampoco en Bergdorf Goodman! Tres oportunidades descartadas completamente.
Otra vez, el consuelo gastronómico del día fue ir a EATALY. Y esto sí merece un capítulo aparte:
EATALY es un gran (con mayúsculas) mercado italiano que reúne todos los rubros de la gastronomía en un solo lugar. Algunos periodistas lo llaman el “templo gourmet”, para mí EATALY es la isla gastronómica italiana en pleno Manhattan.
EATALY es una fusión armónica de experiencias: es un conglomerado de diferentes tipos de mercados y restaurantes a la vez, es comida fresca, buenos vinos, es ITALIA en su más acabada expresión.
Vos podés ir a comprar productos y llevártelos a tu casa o comer en el mismo lugar! No se pueden imaginar lo grande que es, al punto que nosé si lo llegué a recorrer todo.
Me voy a quedar corta con la lista de rubros que tiene y ofrece EATALY: pescadería, carnicería, pastas, verdulería, pastelería, quesos, vinos, cervecería, lácteos, aceites, chocolates y la lista sigue. Al lado de cada mercado, por ejemplo el mercado de pescados (o pescadería) está el restaurante que ofrece sólo pescados en infinitas y variadas propuestas. El de pastas lo mismo, tenés el mercado y el restaurante al lado. Vos elegís dónde comprar y comer.
Nosotras elegimos el sector “LE VERDURE”, que es el mercado de verduras junto al restaurante en el que las verduras son el alimento protagonista de la carta. Qué pedí?! Un sándwich de pan integral con semillas de alcaucil y queso brie.
Para los que tengan la oportunidad de viajar a New York, no pueden dejar de ir a EATALY. Acá les dejo la dirección para que la agenden:
EATALY, New York
200 5th AVENUE. New York, NY 10010. Entradas por la 5th Avenue y la 23rd Street.
La búsqueda del vestido de novia siguió por PRONOVIAS. Fue una de las últimas entrevistas, pero la mejor de todas. Hasta la próxima!