Además del salón en el que se respira música, un jardín único en pleno barrio de Recoleta le da al espacio una magia especial, definida por los músicos como “un lugar con duende”
La cocina, joven y dúctil está lista para preparar los platos más sofisticados o la recetas más clásicas, de acuerdo al gusto de los homenajeados.