Por Tere Lanusse
01 de Agosto de 2008
Cuando deciden casarse, primero aparece la alegría, el entusiasmo, las ganas a pesar de todo… “contigo pan y cebolla”… Pero a medida que avanzan los preparativos surgen los cuestionamientos inevitables!!!
Dónde vamos a vivir? Vamos a tener auto? Dónde vamos a ir de Luna de Miel?
Nos van a ayudar a pagar la fiesta?
Cómo vamos a financiar los miles de gastos que resultan de un casamiento?
Muchos novios tienen muy claro que no quieren pagar un alquiler, por lo que ahorran un determinado monto y después buscan algún crédito hipotecario…
Otros tienen la suerte de llegar a la casa o departamento propio pero quieren una luna de miel espectacular o arreglar su casa, o equiparla a full… y buscan créditos personales…
Otros alquilan o compran, se van de luna de miel a dónde pueden pero quieren tener un auto para sentirse independientes una vez casados… y entonces buscan un crédito prendario…