Vestidos de Novia

Una novia en New York. Segunda entrevista en Vera Wang!

La segunda entrevista la tuve en Vera Wang, en el Upper East Side. Fui con todas las expectativas del mundo pero, al final del día, volví al hotel más frustrada que nunca!

Por Mili Conzi

07 de Agosto de 2012

La segunda entrevista la tuve en Vera Wang, en el Upper East Side. Fui con todas las expectativas del mundo pero, al final del día, volví al hotel más frustrada que nunca!

Esa mañana nos despertamos y desayunamos tranquilas. El frío persistente que tiene el invierno de New York se complementó con un cielo completamente despejado. Frío + sol, como me gusta a mí. El clima era perfecto para pasar el día en el Upper East Side.

 

Nos tomamos un taxi porque ya estábamos un poco retrasadas (las salidas del hotel siempre son lentas, más en mi caso que todo lo hago a dos por hora). Nos dirigimos a Madison Avenue y la 77: el Bridal Atelier de Vera Wang, señoras. Todas las ilusiones puestas ahí.

 

Vera Wang. Había pasado todo un año siguiendo sus pasos… y sus locuras. Más aún trabajando en Casamientos Online. Cada incorporación, cada idea, cada tendencia. Monitorear todo eso y estar atentos a “lo que se viene” y lo que proponen los grandes maestros de la moda nupcial. Y Vera Wang siempre nos sorprendió con su creatividad y valentía: el año pasado propuso su nueva colección 2012 e incorporó el color negro en sus diseños. Y no sólo en una parte, sino TODO el vestido negro.

Vogue.es fue uno de los primeros medios en publicar el “pecado” de Vera Wang, me acuerdo que todos quedamos con la boca abierta, se animó a eso?! Más que un nuevo diseño creo que fue un mensaje lo que nos quiso dar esta gran diseñadora. No es que me gusten los vestidos de novia negros, nada más lejos de eso. Pero sí respeto su osadía, su visión más allá de las estructuras impuestas por la tradición o por la moda. Pero yo soy del otro bando, asique “miro pero no toco”.

En fin, lo llamo el “lado oscuro” de Vera Wang. Su “otro” lado, el “lado claro”, me fascinó siempre. Deberán estar pensando, esta chica está loca, si le gusta el estilo de J.CREW jamás puede decir que le encanta Vera Wang. Y sí, a pesar que la mayoría de sus propuestas consisten en ser vestidos de novia más armados, más pesados, conserva algunos diseños con líneas simples y eso es lo que fui a buscar. Quizás en el fondo sabía que iba a ser una tarea difícil encontrar mi vestido de novia en Vera Wang (ya que NO es mi estilo), pero la admiración que siempre tuve me llevó a sacar un turno previo desde Buenos Aires y probar… qué podía perder? Tiempo? No, en New York el tiempo no se pierde.

Sabía que en Vera Wang tampoco me dejarían entrar con cámara de fotos. Había leído en el blog de Julieta Sopeña de La Nación, “Vivir en Nueva York”, que cuando ella acompañó a una amiga coreana a probarse vestidos de novia, tuvo que esconderse para sacar fotos. El tema de los atelier de novias y las cámaras de fotos siempre fue una relación complicada. Nosé cómo hizo Julieta Sopeña para usar su gran cámara de fotos, yo no me animé a tanto, había muchos ojos mirando! Y quién sabe si alguna que otra cámara en el salón principal del atelier. Por eso nos vamos a conformar con algunas pocas que saqué a la fachada del atelier.

Cuando entré, me esperaba Caroline. Simpática, me dio un formulario para llenar y me hizo pasar. Quieren saber qué pasó? No me pude probar ni un solo vestido de novia! Ninguno me gustaba, las líneas simples que yo había visto todavía no habían llegado, todo era pomposo, armado, pesado. No era mi estilo y encima eran vestidos carísimos! Le dije a S, “salgamos de acá, ni vale la pena probarme nada” Ella insistió en que me pruebe algo, pero no hubo caso, cuando estoy segura que algo NO va es porque NO va.

 

Sin vestido de novia aún y más frustrada que nunca, decidí disfrutar de las calles del Upper East Side. Paramos en Sant Ambroeus, un restaurant italiano muy conocido de la zona (fundado en 1936), y pasamos un muy buen mediodía. Al principio nos hicieron probar un pan integral casero con semillas de girasol y anís (que le daba un toque especial), para humedecerlo en aceite de oliva italiano (es tradicional empezar por el ritual del pan y el aceite de oliva). Riquísimo. Después, para comer S pidió jamón crudo así sólo con queso de cabra y yo me pedí una ensalada de arugula (rúcula) con queso brie y tomates disecados. Con aceto balsámico bien dulce y poco agrio, bien italiano y como me gusta a mí. Les dejo foto también de esto! De postre, la pastelería de Sant Ambroeus es imperdible, elegimos cuadraditos de limón.

Si viajan a New York, no dejen de ir a Sant Ambroeus, queda en 1000 Madison Avenueentre la 77 y la 78 St. 

 

Ese día caminamos mucho y cruzamos desde el Upper East hasta el Upper West por el Central Park. Divino hacerlo caminando, se los recomiendo. Con un café mocha frío, volvimos al hotel en subte.

A la noche, fuimos a Broadway ver The Lion King al teatro. Una obra impresionante. Sin palabras! Dejo también un par de imágenes.

 

Prometo mejorías para la próxima. La siguiente entrevista fue en Bergdorf Goodman, donde encontré a una de mis diseñadoras preferidas, aunque menos conocida: Monique Lhuillier. Fue un gran día. Ahí sí me dejaron entrar con cámara, asique tengo mucho para mostrarles. Hasta la próxima!